La isla de El Hierro es la más jóven del Archipiélago. Aún le queda mucho por crecer y lo está haciendo en estos casi dos últimos años. Su actividad sísmica y volcánica se ha convertido ya en habitual.

En este inicio de semana hemos vivido el quinto episodio de crisis sísmica desde que apareciera en junio de 2011 un enjambre sísmico que dio lugar, en octubre de ese año, al inicio de la erupción submarina de La Restinga.

El pasado lunes se vivió un incremento de la actividad sísmica en la isla que volvió a generar un nuevo enjambre sísmico con más de cien eventos en menos de 24 horas. Se trataría del quinto evento de estas características de los últimos meses.

El máster popular en vulcanismo que hemos hecho todos tras la crisis herreña, nos deja un saber determinado que es que para que se de erupción deben coincidir sismos, deformación del terreno y emisión de gases.

En esta ocasión, los sismos se han producido. ¿Y el resto?

María José Blanco es la jefa del Centro Geofísico de Canarias del Instituto Geográfico Nacional (), y confirmaba ayer que sus estaciones reflejaban una deformación en la isla de un centímetro en estos dos días.

De momento, la actividad sísmica ya ha empezado a remitir y el IGN no tiene constancia de la aparición de gases.

María José Blanco, explica que la diferencia esencial de este proceso que estamos viviendo en estos días es que “se observa una migración del Noreste hacia el Oeste de El Golfo”, precisamente en una zona donde no había habido sismicidad previamente. Esto se ha ido dando en todos los episodios agudos de sismicidad, que ha inaugurado nuevas zonas.

Con respecto a la deformación, el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) afirmaba el pasado lunes en su página de que “el último dato recibido de la estación GPS de la Red Geodésica Canaria (instalada en Frontera muestra que la tendencia al hinchamiento de la isla se confirma y muestran una gráfica que el crecimiento general está en unos 12 centímetros“.

Por su parte, María José Blanco afirma que la isla ha ido creciendo con los cinco episodios sísmicos -en el que incluye la erupción de octubre de 2011 y no la detectada por Involcan- y que no ha decrecido sino en algunas partes insignificantes. Lo que no aportó fue un dato concreto de centímetros de crecimiento, tal y como sí hace Involcan.

Desde el pasado lunes se han sucedido los sismos superando el centenar en las primeras 24 horas, aunque se fueron reduciendo a partir del martes por la mañana. Esta crisis ha provoca un enjambre similar al de otras ocasiones, con muchos sismos seguidos que no han superado la magnitud de 3,0 y que se encuentran a una profundidad de entre los 15 y los 20 kilómetros.

Tanto el IGN como Involcan están trabajando ya in situ en El Hierro para monitorizar los posibles cambios en este sentido.

La actividad se ha ido reduciendo hasta el punto que el Instituto Geográfico Nacional (IGN) registró la madrugada del miércoles en la isla de El Hierro tan solo cuatro sismos de entre 1.5 y 2.4 grados en la escala de Richter, una cifra que está muy lejos de los casi ochenta temblores que se produjeron el martes entre las 00.15 y las 09.00 horas, si bien ninguno de estos eventos sísmicos fue sentido por la población.

El mayor de los sismos, registrado a las 04.52 horas, tuvo una magnitud de 2.4 grados y se produjo al oeste del municipio de La Frontera. Este evento fue localizado en tierra a 17 kilómetros de profundidad.

Los otros tres temblores registrados también se produjeron al oeste del municipio, entre los 15 y 17 kilómetros de profundidad. El último de ellos, de 1.5 grados, ocurrió a las 04.54 horas a unos 17 kilómetros de profundidad.

Esta sería la quinta ocasión en que hay una intensa actividad sísmica en El Hierro en estos años -aunque solo una, de forma oficial, acabó en erupción que fue la de octubre de 2011- que son: en junio de 2012 (del 25 al 15 de julio); la de septiembre (del 14 al 25) y la de diciembre (del 31 al 2 de enero). Ninguna de ellas ha terminado en erupción, así que hay que vigilar esta ocasión a ver su evolución. María José Blanco explica que cada una de las cinco ocasiones ha concentrado la actividad sísmica en una zona distinta.

“De octubre a marzo tuvo lugar en el Norte de la Isla con sismos de hasta 4,3; cuando empieza la erupción en el Sur esperábamos que la actividad sísmica decreciera, pero una semana más tarde empezó una actividad sísmica muy intensa en el Norte cuando se evacuó Los Roquillos, pero no terminó en nada”, explica.

Luego, vino la segunda crisis en Orchilla y en el Mar de las Calmas con magnitudes máximas de 4,2 y que tampoco acaba en erupción; la tercera rompió en la zona central de la Isla con sismos de hasta 3,2; y luego viene la de diciembre en El Golfo.

Justo quedaba esta zona de la Isla sin sismicidad. Lo que sí parece es que El Hierro nos está acostumbrando a vivir y convivir con los volcanes y los sismos.