“Envía esto a todos tus contactos… o ya verás lo que te pasa” o el bulo del WhatsApp

Hoax

Los rumores y cadenas de mensajes son muy habituales en la red / DA

Siempre he tenido ganas de alertar al mundo sobre los bulos que circulan por la red, ya que constantemente recibo en mi correo electrónico o cuenta de WhatsApp, cadenas de mensajes anunciando el cobro futuro de los mismos, el fin del mundo, o los efectos cancerígenos de determinada bebida. Ahora que escribo esta columna, no quiero dejar pasar la oportunidad de dedicar un artículo a los hoaxes.

A diferencia del scam (fraude) o el phishing, donde el propósito del atacante es delictivo, siendo objetivos el robo de información personal y financiera, el hoax es simplemente un bulo que se extiende de manera masiva buscando alcanzar el mayor número de lectores, propagándose a través del correo electrónico, los servicios de mensajería o las redes sociales, en última instancia. No persigue fines lucrativos, aunque puede llegar a ser devastador. Su objetivo consiste generalmente en captar masivamente direcciones de correo electrónico que poder utilizar en otros ataques, manipular a la opinión pública, recrearse en la ingenuidad de la sociedad, o dañar ilegítimamente la imagen de una persona o marca con falacias, que una vez difundidas, son difíciles de erradicar de la red.

A pesar de que los internautas continúan siendo víctimas de estos engaños, los hoax pueden ser identificados fácilmente, pues siempre cumplen una serie de patrones: son anónimos, atemporales (para intentar permanecer en la red el mayor tiempo posible), solicitan su reenvío en cadena (para evitar mala suerte, concienciar a otros), y se basan en un señuelo, que suele ir relacionado con el ahorro económico, la mejora o deterioro de la salud, o el miedo a ser estafados, entre otros temas.

Todos habremos recibido ese mensaje anunciando que WhatsApp será de pago, ofreciéndonos la solución al problema en el reenvío del propio mensaje, y muchos aun desconfiando de la eficacia de dicha solución, reenvían el mensaje “por si acaso”, a cuantos más contactos mejor, contribuyendo a extender la cadena. Lo mismo sucede con aquellas que nos amenazan con alguna maldición, o años de mala suerte, priorizando el misticismo sobre lo técnico.
Hay muchos portales en Internet que clasifican los hoaxes en aras de minimizar su efecto nocivo, pero un sencillo método en el que muchos no habrán pensado pasa por introducir en cualquier buscador, alguna cadena textual del mensaje que hemos recibido. Si se trata de un hoax, lo identificaremos rápidamente. Además, desconfiar siempre de cualquier medida de ahorro, remedio milagroso, o cadena para concienciar al mundo de las maldades de un producto, nos ayudarán a minimizar la difusión de este dañino material.

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