La momia de ET resulta que era un feto humano de hace 2.000 años

 

Feto ET

El supuesto feto ET es humano y tiene unos 2.000 años / La Mentira está ahí fuera

Hace ya muchos años que los extraterrestres y sus naves discotequeras pasaron de moda en los medios de comunicación tradicionales. Ahora han quedado recluidos en esa charca infectada de charlatanes e ignorantes ensoberbecidos que es internet. Cualquier disparate toma visos de verosimilitud en ese medio. Por ejemplo, desde hace algunas semanas un empresario norteamericano intenta hacer pasar un pequeño feto humano momificado por un ser extraterrestre. No sea desconfiado, por favor, y abra su mente. La ocurrencia no ha quedado en esta ocasión recluida al mundillo digital de los creyentes sino que los medios virtuales de información general también han recogido el asunto, ávidos de carnaza con la que impactar un ratillo al navegante con ratón.

Como puede verse en las entradas correspondientes de , de Luis Alfonso Gámez, en el portal o en el blog de Robert Sheaffer sobre ovnilandia, se trata de una criatura de catorce centímetros de longitud y con un extraño cráneo aplastado que fue hallada hace ya una década en la localidad chilena de La Noria, en el desierto de Atacama, por un saqueador de restos arqueológicos. Los restos fueron examinados en 2007 por el forense español Francisco Etxeberria, profesor de Medicina Legal y Forense de la Universidad del País Vasco (UPV), por encargo de un grupo de aficionados a los platillos volantes de Barcelona, a quienes no gustó la conclusión a que llegó el especialista: se trataba de un feto humano momificado completamente normal y de varios centenares de años de antigüedad, según recogía el informe médico pericial. La edad de gestación era de quince semanas e incluso tenía una porción de cordón umbilical pegada al abdomen. El cráneo está aplastado lateralmente, lo que le da ese aspecto semejante al de la imaginería alienígena. Esto al mismo tiempo causa histeria en los creyentes y despierta la avidez de negocio entre los mercaderes de lo oculto y lo insólito. La momia ET, algo más propio de una barraca de feria de finales del siglo XIX con monstruos típicos de la época como la mujer barbuda y el forzudo con barriga hipertrofiada, llegó a oídos de un médico y negociante norteamericano del más allá que se llama Steven Greer, en cuyas majaderías conspiracionistas está basado un documental titulado Sirius, que lo mismo podría llamarse El feto de ET, los tontos, su dinero y mi bolsillo, donde nos cuentan que los seres espaciales han visitado la Tierra, que viajan a velocidades superiores a la de la luz y que esos sistemas de propulsión han sido desarrollados también aquí, pero que los poderes en la sombra prefieren mantenernos esclavizados al petróleo. Steven Greer cree, además, que los seres humanos fueron creados en laboratorio por los extraterrestres y también cree en otras cosas igual de chocantes debido a que campa por la vertiente más hard del manicomio ufológico, la exopolítica, que si usted sabe griego y latín (literalmente) entenderá que tal cosa trata de las relaciones reguladas entre los habitantes de una ciudad o un estado, en este caso entre los de la Tierra y los seres exo, de fuera, alienígenas. Es como hablar del sexo de los ángeles, pero hay gente que se lo cree y fanáticos que obran en este sentido. En todos los sentidos de obrar, quiero decir.

Todas estas cosas -entre ellas el supuesto ADN anómalo de la momia- no se han publicado en las revistas adecuadas donde puedan ser sometidas a comprobaciones y refutaciones, sino que están sido vendidas en los medios de comunicación, en la plaza pública de la caspa ocultista. De esta forma los investigadores del más allá, los periodistas del misterio y los organizadores de congresos de cosas raras y paranormales continúan haciendo el ridículo y sonriendo de satisfacción al mismo tiempo.

En su mundo paralelo de buen rollo y figuración interesada cualquier chorrada pasa por ser ciencia de vanguardia o por impactantes secretos desvelados por un par de fulanos que dicen ser investigadores y medio salvadores de la humanidad. Mientras se hacen los interesantes y se dicen cursiladas unos a otros sienten que su obra tiene una altura semejante a la de John Ford, cuando en realidad podrían salir de extras en alguna película de Ed Wood.

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